Los efectos del Liderazgo Autocrático



México es un país en donde comúnmente encontramos el estilo de liderazgo autocrático. Muchas personas, al llegar a una posición de mando, toman este estilo que se caracteriza por la imposición, el dictar todo lo que se debe hacer, la centralización de las decisiones y la poca flexibilidad hacia las normas y/o procesos.


Estos liderazgos suelen ser engañosos, puesto que en el corto plazo se pueden presentar resultados favorables como incrementar los resultados de manera rápida, orden en las áreas y uniformidad en el trabajo. Sin embargo, muchos psicólogos laborales presentan estudios organizacionales en donde muestran el gran desgaste que estos estilos ocasionan en la gente, y que ocasionan que a largo plazo, la productividad disminuya.

Los liderazgos autoritarios:
  • No invitan a que la gente trabaje como parte del equipo;
  • No generan la percepción de un bien común, el bien común son maltratos, gritos, golpes (no forzosamente físicos);
  • Siembran terror, ya que es el miedo el que mueve a la gente;
  • Obtienen resultados porque a la gente se le paga por ello, pero no hay más.

Uno de los principales efectos que genera el liderazgo autocrático le podemos llamar el síndrome del picador: “en la fiesta taurina, cuando un toro es muy bravo, le meten unas banderillas para que disminuyan los brios. Si esto no pasa, hacen cambio de tercios y entran los picadores. El toro arremete contra los caballos, los embiste mientras vuelve a ser picado. Pero el toro ya no siente, se acostumbra al dolor y sigue embistiendo”. 

Lo mismo pasa con el personal bajo un gerente con este estilo. Se acostumbran al grito, al dolor y a veces pueden dejar que se acumule la presión, hasta que un día algo causa una revolución que trata de tirar al tirano.


Las buenas noticias es que estos estilos de liderazgo pueden ser modificados. Lo más importante es que la Dirección sea consciente de ellos y que realmente desee cambiarlos y apoye el proceso. Se trabaja a través de mucho diálogo con las personas que lo ejercen. Se busca generar un proceso consciente para que se den cuenta de cómo afecta el comportamiento. Posteriormente se imparten cursos para uniformar el estilo de liderazgo y enfocarlo a ser congruente con los valores de la empresa.

Al final, el líder debe reconocer que los corazones de su personal no se compran. Que debe ser congruente y ser más una autoridad moral que una formal.

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Por: Equipo Evolucione


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