El Talento no sirve para nada


Te preguntarás, a lo mejor, el porqué del título de este post. Es sencillo: todos tenemos talento, sólo que cada persona para una cosa diferente. Por lo tanto, el talento abunda en el mundo, y precisamente por eso mismo está sobrevalorado, porque por sí mismo no garantiza rédito a nadie.

Todos (absolutamente todos), conocemos el caso de personas que son brillantes (técnicamente) en algo pero sus resultados (comercialmente) son muy normales y nada llamativos.

Si todos tenemos talento para algo (talento es aquello que te permite tener un buen desempeño en alguna actividad), la pregunta es inmediata: ¿Qué es lo que tenemos que hacer para brillar?

1. VALENTÍA.

Ser talentoso en tu casa te servirá de poco. El talento hay que exhibirlo en el mercado, y ahí es donde hace acto de presencia la presión del público. No se trata de saber, sino de sacar ventaja de lo que sabes. Si tienes que dar una conferencia, sabrás de sobra que no es lo mismo ensayarla en tu casa que ponerte delante de 300 personas. En casa todo parece que fluye, delante del público puede entrar el canguelo. El conocimiento (teoría) te indica lo que hay que hacer, pero el expertise te lo da la experiencia (práctica), y eso sólo es posible pasando a la acción. No se aprende a torear desde la barrera ni a hablar en público desde el patio de butacas. Por tanto, la valentía no es una opción, si quieres tener éxito y ser feliz, tienes que lanzarte o buscar a alguien que te empuje. Como decía Nietzsche: 'Atreverse es perder pie momentáneamente; no atreverse es perderse a uno mismo'.


2. ACTITUD.

El éxito jamás es una línea recta y ancha, sino más bien todo lo contrario, está plagado de zigs-zags y contratiempos. Ahí es donde entra en juego la ACTITUD. Tu actitud es la respuesta emocional que ofreces a todo lo que te ocurre, y es fundamental que esa actitud sea positiva, porque te guste o no, en el camino hacia la cima hay miedo, errores, fracasos, rechazos y otros sucedáneos. Cómo afrontas todo eso, con una actitud de crecimiento (aprendizaje) o de resignación (frustración), es lo que marcará las diferencias en tu vida. En el primer caso, seguirás peleando; en el segundo, te vendrás abajo y no querrás saber nada más del tema. Quien resiste, vence. Ya decía Einstein: 'No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso'. Eso es todo lo que necesitamos, actitud de curiosidad para seguir aprendiendo y mejorando.

3. RELACIONES.

Todo gira en torno a las relaciones, a quién conoces y cómo te llevas con la gente; relaciones con clientes, proveedores, partners, compañeros, jefes, medios de comunicación, administraciones... Relaciones, relaciones, relaciones y más relaciones. Para triunfar no es suficiente el talento y el trabajo duro, es necesario también aprender a estrechar y desarrollar relaciones; esto es: cómo llevarse bien con los demás, cómo gustarles, cómo persuadirles y cómo no defraudarles. Sólo uno está muy limitado: no puedes saberlo todo y no puedes hacerlo todo. Y las relaciones incluyen el mundo 1.0 y también 2.0. Muchas gente sin un talento especial llega muy lejos en la vida debido a su inteligencia social o capacidad relacional, porque las personas queremos hacer negocios o proyectos con conocidos, no con desconocidos.


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4. MENTALIDAD.

Tu mentalidad (mindset) determina lo que haces (no haces), y por tanto, lo que consigues (no consigues). Recuerda: la mente ordena y el cuerpo hace. Todos nuestros movimientos corporales son producto de una orden de la mente. Los pensamientos (impulsores/represores) se traducen en comportamientos (impulsores/represores) que generan ciertos resultados (positivos/pobre). Aprender a controlar y dominar la mente es la habilidad más importante para el éxito y la felicidad. Y básicamente hay dos tipos de mentalidad: Fija y De Crecimiento. La primera se basa en que eres bueno o no para algo y punto. Es pensar que los demás son mejores (tienen estrella); la segunda, sabe que a medida que ganas conocimiento y experiencia en algo te vuelves mejor. Está en tus manos crecer. La gente ganadora está en el segundo grupo, se siente protagonista de su vida, y sabe que nadie es mejor que tú, sólo se ha convertido en alguien mejor que tú. Tus ganas de aprender van a determinar tu futuro.


5. FOCO.

Es sencillo de entender: para tener éxito hay que ser experto en algo, y para ser experto en algo tienes que echar muchas horas. El problema es que las horas son limitadas (24 horas, no se pueden tener más) y si te dispersas, tus resultados se resienten. El talento brilla en la medida que lo cultivamos, de otro modo va languideciendo poco a poco. Como decía Anna Pavlova, bailarina rusa: 'Dios da el talento, y el trabajo transforma el talento en genialidad'. Un conocido empresario norteamericano también apuntaba: 'Mucha gente con talento ha fracasado por no haberse mantenido enfocada'. No te descuides. Cuando te relajas y pierdes la concentración y el trabajo constante, la cosa se tuerce siempre. Sé tan bueno en lo tuyo que los demás no puedan ignorarte.

6. VISIBILIDAD.

'El talento escondido no produce reputación', nos recordaba Erasmo de Rotterdam. Lo que no se conoce, no existe. No basta ser bueno y ponerlo en acción, sino que además tienes que preocuparte por comunicarlo y que los demás se enteren. El auténtico talento es la suma de dos cosas:saber hacer y poner en valor lo que uno sabe hacer. Y eso implica utilizar todos los medios disponibles a tu alcance (online y offline) para tener pegada, punch o como lo quieras llamar. Y sí, debes saber que cuando estás a tiro de todos, siempre hay alguien que dispara. Brillar es hacerse visible, porque el prestigio te lo da el reconocimiento del público, que te avala, aplaude y compra. 'No hay buen juez en causa propia', dice una máxima jurídica. Es el mercado el que ensalza, hunde o ni siquiera te presta atención. Pero para ello tienes que salir al escenario y exhibirte. Y recuerda: nunca gustarás a todos ni en todo. Es ley de vida.


Por: Francisco Alcaide Hernández


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