La razón por la que trabajar desde casa es benéfico tanto para el empleado como para la empresa



Trabajar desde casa ha sido una tendencia creciente, y el surgimiento del COVID-19 puede convertirla en la norma.

¿Trabajar? Para un número cada vez mayor de empleados, esto significa salir de la cama, caminar hacia la mesa de la cocina y encender la computadora. Olvídate del traslado, del outfit laboral, y las conversaciones de oficina. Esta es la cara emergente del trabajo en el siglo XXI.

Los beneficios de permitir que los empleados trabajen de forma remota han impulsado un aumento constante de su aceptación en muchos lugares del mundo. Según FlexJobs, un servicio que conecta empleadores con freelancers, para 2018, más de 4.7 millones de estadounidenses trabajaron de forma remota o se trasladaron la mitad de las veces, y esto es más del doble de lo que se había visto en los diez años anteriores.

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Sin embargo, eso parece haber sido solo el comienzo. El otoño pasado, un estudio de Owl Labs proyectó que para 2025, aproximadamente la mitad de la fuerza laboral de E.U. trabajará de forma remota durante al menos una parte de su semana. El 42 por ciento de los que actualmente trabajan de forma remota esperan aumentar la cantidad de trabajo remoto que realizan en los próximos cinco años.



Los empleados regulares a tiempo completo que trabajan desde casa o desde cualquier lugar son solo una parte de la historia. En una economía en la que los trabajadores a demanda (trabajadores independientes, contratistas, consultores, trabajadores independientes y cualquier otra persona cuyo trabajo se considere parte de la economía de trabajo) conforman la parte de mayor crecimiento de la fuerza laboral, los espacios de trabajo no convencionales se han convertido rutina.

Y más allá de esto, varias empresas líderes en diferentes industrias han adoptado el concepto de trabajo remoto. Los analistas prevén que para el cierre de este año, 19 por ciento de la fuerza laboral estará conformada por trabajadores remotos.

Sin embargo, este pronóstico se hizo antes de que la noción de una pandemia global se convirtiera en una posibilidad real. El aumento cuidadosamente calculado del trabajo remoto, que se había proyectado para seguir una curva predecible, se disparó con la propagación del nuevo virus, amenazando a millones de personas, cerrando escuelas, tránsito e instalaciones de trabajo donde las personas pudieran congregarse e infectarse entre sí. Las principales ciudades de China y otros lugares parecen pueblos fantasmas con calles, tiendas y oficinas vacías.

Los bloqueos municipales y las semanas de cuarentena, ya sea autoimpuestas u obligatorias, se convirtieron en la respuesta estándar para los funcionarios en Asia, Europa y Medio Oriente. A la gente sana se le ha indicado quedarse en casa para evitar el contagio y transmisión del virus, y los hospitales están luchando para ayudar a los infectados. Sin embargo, la necesidad de que haya productividad económica continúa.

Al mismo tiempo, los componentes básicos de una fuerza laboral global basada en el hogar ya están en su lugar: una combinación del creciente número de trabajos conectados a una red de computadoras, la propiedad casi universal de teléfonos inteligentes y la disponibilidad ubicua de computadoras personales, todos unidos por tecnologías que brindan servicios de conectividad.

Según la presidenta de Global Workplace Analytics, Kate Lister, "lo que estos usos temporales tienden a hacer es mostrar a las empresas que, A) se puede hacer, y B) tener personas que ya están acostumbradas a trabajar de forma remota hace que la transición sea mucho más fácil”.




La experiencia ha demostrado que trabajar de forma remota tiene beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores:
  • Cada empleado remoto le ahorra a su empresa un promedio de $10,000 dólares al año en espacio laboral y gastos relacionados.
  • Las empresas pueden contratar talento de cualquier parte del mundo, ya que su fuerza laboral no depende de la ubicación geográfica. Gracias a esto, la diversidad puede aumentar más fácilmente, algo que muchas empresas presumen como un valor agregado a su fuerza laboral.
  • Hay una mejor moral entre los empleados, con menos renuncias, menor ausentismo y mayor compromiso, incluso cuando se trabaja medio tiempo desde casa. Los horarios flexibles son una fuerte prioridad para muchos empleados, y el trabajo remoto los permite.
  • La alta productividad ha sido citada repetidamente por profesionales que trabajan vía remota.
  • Como herramienta de desarrollo económico, puede ayudar a atraer nuevos residentes a comunidades rurales en dificultades donde los costos de vida son bajos.

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El trabajo remoto puede hacer que el personal de una organización sea más inclusivo al permitir que participen personas con ciertas discapacidades o enfermedades crónicas.

Desde el inicio de la historia de la humanidad y hasta finales del siglo XIX, la mayor parte del trabajo se hacía desde casa, o por lo menos, a una distancia caminando desde casa. Claro que esto era antes de la era de la comunicación electrónica, pero la tradición del trabajo en casa está bien establecida. La pandemia actual del COVID-19 puede tener el intencionado efecto de revivir esa tradición.




Por: Finn Faldi




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