En un momento en el que muchos países están luchando contra nuevos picos de la pandemia, el papel que desempeñan las empresas en este escenario es fundamental. Como actores clave de la economía, la responsabilidad social de las compañías consiste en llevar a cabo una buena gestión empresarial y, principalmente, garantizar la seguridad y la organización adecuada de todos sus empleados.
Y dentro de estas responsabilidades esta el velar por la salud mental de sus colaboradores. Lo queremos recalcar porque el mundo se prepara para vivir la época más dulce de un año desafiante y enrarecido por el Covid-19. Y sabemos que las fiestas tradicionales que cada año se celebran en nuestro país esta vez serán diferentes.
Esta Navidad tiene un sabor diferente. Si bien es una época en la que no solo se mezclan la nostalgia y melancolía con la alegría, a diferencia de otros años, es más latente la necesidad de hacer balances. Es inevitable sentir frustración o impotencia por lo que no se hizo, lo que no se logró, lo no vivido, lo que no pudo ser.
En esta época, nace el espíritu navideño, y con él aflora un sentimiento de esperanza. Por ello los seres humanos tenemos la iniciativa de realizar actos y rituales para que nos vaya bien, más aún cuando hemos tenido un año complejo, lleno de cambios y desafíos.
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Pero, ¿qué podemos hacer si las condiciones de la pandemia no permiten tener los festejos? Quizá las personas quieran pasar por alto las advertencias de las autoridades sanitarias y reunirse con amigos y familiares. Pero como líderes de nuestras respectivas empresas no podemos ser irresponsables y arriesgar a nuestro activo más preciado.
Existen diversas maneras en las que puedes establecer este rito necesario para los miembros de tu organización sin que forzosamente tengan que realizar una reunión física. Hay empresas que están enviando los regalos de sus trabajadores a sus casas. Otras más han organizado una cena virtual (les envían la cena a sus casas y todos se conectan vía remota).
Lo recomendable es que no dejes pasar estas fiestas sin tener un rito, un momento de integración, de convivencia y de apoyo. Que ayudes a tu equipo a tener claridad en cuanto a que todos juntos están en el mismo barco, tratando de resolver los retos de la actualidad. Y a darles esperanza y fe por un futuro mejor.
Es necesario más que nunca reconocer los aprendizajes, duros e implacables para unos más que otros, pero certeros porque nos recuerdan que somos una especie resiliente, con capacidad de adaptación y de afrontamiento de las circunstancias, por adversas que sean. ¿Quién de nosotros imaginó, por ejemplo, que sería capaz de estar cinco, siete o más meses en confinamiento? ¿O qué empresa se imaginó teniendo a todos o parte de su personal trabajando desde casa?
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Y es necesario agradecer. Agradecer al equipo por el esfuerzo puesto para superar la adversidad. Agradecer por lo vivido, por la integridad, por la lealtad y por todos los atributos que hayas visto en tu equipo durante este año.
Como mencionamos en un principio, no se debe bajar la guardia sino practicar lo que nos ha enseñado el Covid-19: "si yo me cuido, también te cuido". Los líderes empresariales debemos cuidar a nuestros equipos, pero seamos creativos y tengamos una "fiesta Digital", un rito grupal que nos permita celebrar la vida. Haga que su equipo de trabajo elija ser feliz. Todo es temporal, y esta pandemia nos recordó que no tenemos control de la mayor parte de las cosas, pero sí tiene a su alcance la actitud con la que encara momentos difíciles y vive fechas especiales como Navidad.
Por: Equipo Editorial Evolucione
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